La programación de este año quiere incidir en las visitas a lugares que han sido un éxito en distintos campos. Con este propósito, recorriendo diferentes épocas históricas, visitaremos el dolmen Alto de la Huesera, que fue protagonista de nuevas excavaciones y hallazgos, así como rehabilitaciones, que han sido definitivas para una nueva musealización del territorio, atrayendo más visitas a sus emplazamientos, aunque no exentas de interesantes discusiones sobre cómo se han ejecutado estas actuaciones.
Castro de Henaio (Alegría-Dulantzi), lugar que marcó el futuro de aquellas primeras actuaciones en la Protohistoria de Álava, en las que el Instituto Alavés de Arqueología destacaría durante las siguiente dos décadas.
El estudio de la Romanización del territorio no se había fijado en los lugares pequeños: Elexazar (Amurrio) demostró que hay un registro arqueológico asociado a emplazamientos de pequeño tamaño, en lugares presuntamente aislados en parajes montañosos. Además, este espacio fue excavado por un equipo que incluyó voluntarias y voluntarios buscando una implicación de éstas en la investigación del Patrimonio.
En cuanto a los Lagares de la Rioja Alavesa hemos podido ver que su documentación arqueológica ha supuesto un aumento del conocimiento sobre la explotación de la vid en la Edad Media, integrando sus resultados en el paisaje del enoturismo de esta comarca.
La iglesia de Artxua (Cuartango) es el ejemplo perfecto del interés de una pequeña comunidad por mantener su patrimonio vivo. La reconversión de la antigua iglesia parroquial en centro comunitario, conllevo una amplia documentación arqueológica que aumentó el interés de este lugar, que ha integrado los resultados tanto en el sitio como en las personas que lo custodian.
Finalmente, el Patrimonio Menor está llamado a ser un futuro éxito, si es que no lo es ya. Esos elementos tan evidentes y tan invisibles como los lavaderos, bola tokis, fuentes, y un largo etcétera, son testigos de la vida de nuestras comunidades. Su pérdida de uso los ha llevado a desaparecer del relato diario, pero los esfuerzos por estudiarlos y dignificarlos van unidos a la recuperación de la memoria común de las poblaciones que los acogen.
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